viernes, 27 de septiembre de 2013

EDUCAR EN CIENCIAS: LA CIENCIA COMO ACTIVIDAD HUMANA Y COMO CULTURA.

En esta sección nos proponemos destacar el valor que en sí mismo implica educar en ciencia, puesto que el aprenderla está asociado con la visión de la ciencia como una actividad humana, en una cultura particular, que alienta la formación de valores en el ser humano relacionados con la forma de actuar, de argumentar y de comunicarse de la actividad científica.

Es preciso que el profesorado reconozca que la ciencia hace parte de nuestra vida diaria y, por lo tanto, les proporciona a los estudiantes elementos para participar con fundamentos y argumentos “científicos” en la toma de decisiones. Asimismo, en esta sección hablamos, como parte de la cultura, sobre la necesidad que tienen los estudiantes de conocer y familiarizarse con el lenguaje científico.
























sábado, 2 de marzo de 2013

REFLEXIÓN

 "Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad" de Diego Luis Córdova

La educación es un factor también muy importante para conocer la libertad. Y es que solo a través del aprendizaje propio del individuo es como este llegara a su independencia ideológica, económica; bajo ciertas circunstancias; y podrá evitar a los "enemigos de la libertad", que no son otra cosa que aquellos factores que no hacen posible la libertad.
 
Una educación libre es aquella en la cual se permite la libre expresión de ideas, aunque sean incorrectas para el contexto sobre el que esta trabajando. En vez de regañar se orienta a los educandos para que ellos mismos decidan su libertad.

En el proceso de educar toman parte los profesores, los alumnos, la familia, la institución educativa, la sociedad, etc. Cada una de estas esferas debe posibilitar un clima de respeto y tolerancia, de autonomía e independencia para la educación en libertad.

El educador debe tener respeto a su ideología, a su persona, a su concepción política, a sus iniciativas y al ejercicio profesional.

El educando debe cumplir dos condiciones: respeto al docente y autonomía propia. Debe ser tolerante con las opiniones del profesor, siempre que éste no quebrante conscientemente los derechos del alumno.

La institución escolar debe estar libre de opresiones y manipulaciones, tanto de la política educativa de la nación, como de presiones sociales, de intolerancia del equipo docente, de intransigencias del alumnado o de los padres de familia.

La sociedad en la que está inserta la institución escolar favorece o dificulta también la educación en libertad, ya que no es lo mismo un centro educativo en sociedades totalitarias que en sociedades democráticas. La sociedad proyecta en la escuela su cosmovisión y según sea más o menos respetuosa con la dignidad de la persona humana, resultará fácil o incómodo educar en libertad.

La educación es correcta, si es una educación de la libertad de o de la libertad para. Con la expresión "libertad de" se habla de la liberación de prejuicios, estereotipos, esquemas mentales de los adultos, que es preciso operar, como terapia, en la mente del educando y del educador. Un docente no liberado es incapaz de educar en libertad a sus alumnos. Sólo el profesor "libre de" puede producir un tipo de educación semejante a la que él ha recibido o se ha auto impuesto.

Al estar "libres de" el educando y el educador están preparados para auto realizarse como libres para juzgar a los demás entregarse sin prejuicios, dominar la naturaleza, ejercer el mando y otras funciones necesarias en la vida personal y social de los individuos.